Con la lectura de este artículo, recordé mis experiencias escolares de secundaria relacionadas con la historia. Consideraba la materia como algo aburrido y sin importancia, ya que la metodología de enseñanza era a base de lecturas y resumen, algo que para mí era difícil, puesto que no apreciaba el contenido como una información relevante para mi futuro. Este recurso metodológico de enseñanza: la historia oral me parece que es la mejor manera de darle un giro a este tipo de prácticas y avanzar en los procesos educativos y de investigación. Es urgente adoptar otras actitudes y métodos que lleven a los alumnos a sentirse parte de esa historia y no ajenos a ella.
El hecho de encontrar la historia a través de nuestra comunidad, de nuestra familia, mediante investigaciones vivenciales memorias y recuerdos de la gente viva, sobre su pasado, permite ampliar los límites del conocimiento y no sólo como una acumulación de datos que tienden a olvidarse. Aquí la historia recobra su utilidad como ciencia.
Por lo tanto si yo hubiera pasado por este tipo de experiencias, en las que la historia fuera una práctica interactiva donde el aprendizaje lo construyera a través de mis propios méritos y desde mi contexto, hoy sería otra historia.
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